//Día Mundial de las Ciudades

Día Mundial de las Ciudades

2019-03-07T17:50:53+01:00

Día Mundial de las Ciudades

Por Damian Durando 

Damián Durando, X Edición

Damian Durando, X Edición

El 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las Ciudades (68/239 Asamblea General de las Naciones Unidas), con el objetivo de promover el interés global en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos que plantea el urbanismo, contribuyendo al desarrollo sostenible en todo el mundo.

La urbanización planificada maximiza la capacidad de las ciudades para generar empleo y riqueza, para fomentar la diversidad y la cohesión social entre diferentes clases, culturas, etnias y religiones. Las ciudades deben ser diseñadas para vivir juntos, crear oportunidades, permitir la conexión e interacción, y facilitar la utilización sostenible de los recursos compartidos.

Cada año se selecciona un tema diferente, un motivo concreto para destacar aspectos distintos del urbanismo, promover el desarrollo y abordar los desafíos del futuro.

“Construir ciudades sostenibles y resilientes”, es el tema del Día Mundial de las Ciudades 2018, un llamado a la acción para que todos repensemos cómo las ciudades pueden convertirse en mejores lugares para proteger y mejorar la calidad de vida de las personas.

Este Día Mundial de las Ciudades está comprometido con los gobiernos locales, regionales y nacionales, para generar conciencia inspiradora sobre la importancia de crear resiliencia para ciudades más sostenibles, enfrentarse las nuevas situaciones y proteger mejor los recursos humanos, económicos y naturales.

 

Ciudades del futuro, y futuro en las ciudades

Nos encontramos inmersos en una realidad insoslayable, regida por la crisis económica y social, guerras, terrorismo, problemas ecológicos y catástrofes naturales, serios problemas globales que se potencian entre sí, configurando un escenario altamente complejo.

Las ciudades ocupan entre el dos y el tres por ciento de la superficie terrestre del planeta, consumiendo hasta un 75 por ciento de los recursos naturales dentro de ellas. Las ciudades importan alimentos, agua, energía y otros recursos más allá de sus límites, lo que requiere complejos sistemas de infraestructura de transporte. Los impactos sociales y ecológicos de la urbanización, por lo tanto, se extienden mucho más allá de los límites municipales.

La urbanización será una tendencia de desarrollo definitoria en las próximas décadas. El crecimiento desmesurado de la urbanización, en especial en los países de acelerado crecimiento poblacional y mayores desequilibrios en la distribución de la riqueza, proyecta las tasas de urbanización a casi el 90% del total de la población de los países. Con esos índices la población mundial, que llegará a 9 mil quinientos millones de habitantes hacia el año 2050, residirá mayoritariamente en las ciudades. Con esas tasas de crecimiento y la dominancia casi absoluta del mercado como único agente promotor del crecimiento urbano, las grandes ciudades van camino a una plena insustentabilidad, expulsando a buena parte de la población de la distribución de sus beneficios.

En ese contexto, sucintamente resumido, los planteamientos urbanísticos clásicos, y más aún, las propias ideas de ciudad están en profunda crisis, y con la futura urbanización, todas esas acciones se acrecientan.

Los desafíos ambientales que enfrenta la humanidad no solo ofrecen motivos de preocupación, también abren muchas oportunidades para contemplar, cuestionar y cambiar nuestras actuales relaciones insostenibles con el medio ambiente. Son oportunidades abiertas para transformar las maneras en que pensamos y nos relacionamos con nuestro mundo cada vez más urbano.

Tales desafíos son comunes tanto para los países desarrollados como para los países en vías de desarrollo, con diferentes trayectorias e intensidades, pero, sin embargo, dos caras de la misma moneda.

Es un momento adecuado y urgente para replantear esta situación y re-aprender a proyectar la ciudad con criterios donde ciudad y territorio deben re-integrarse, superando políticas y proyectos enfocadas en minimizar los efectos e impactos antes que preverlos. Las políticas urbanísticas deben ser parte de la política socio-económica, y las infraestructuras deben replantearse en su papel de promotor de la calidad de vida y no de simple apoyo al crecimiento desmesurado de la ciudad.

Se necesitan, sin duda, innovadoras herramientas y nuevos enfoques que fortalezcan las administraciones locales y empoderen a los ciudadanos. Herramientas que permitan enfrentarse a las nuevas situaciones y proteger mejor los recursos humanos, económicos y naturales. Los gobiernos deben crear políticas inclusivas que fomenten el desarrollo de áreas urbanas, superando políticas de vivienda social que se ocupan de dar techo y no de hacer ciudad.

Revisar las teorías y enfoques del urbanismo, con una mirada atenta a métodos más actuales en el mundo, desde una visión sistémica donde “sostenibilidad y resiliencia” pasan a ser valores a perseguir, como la regeneración dentro de las grandes ciudades, el desarrollo de las ciencias de la complejidad, la discusión sobre la movilidad en las grandes ciudades y la tendencia creciente hacia procesos de escala humana y de profunda participación social.

Resiliencia y sostenibilidad en acción: por qué recuperarse es el camino del futuro

 

El diseño de los sistemas urbanos y la yuxtaposición de los humanos con la naturaleza ha sido analizado críticamente por varios medios y modos. Replicar el equilibrio de los sistemas naturales después de la intervención humana es por lo que las sociedades se han esforzado, desde hace mucho tiempo. El surgimiento de la sostenibilidad en el ámbito de la vida urbana y más recientemente la atención impartida al concepto de vida resiliente es un corolario de esta búsqueda.

Sostenibilidad y resiliencia son conceptos compatibles, pero no son lo mismo. Si quieres ciudades sustentables, primero debes considerar la resiliencia.

La sostenibilidad implica continuidad, algo que se puede reponer y durar o continuar por mucho tiempo. Hacer referencia a algo como sostenible indica que sus recursos nunca se agotarán, porque estos recursos se re-utilizan. Una ciudad sostenible, es aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos.

La resiliencia es la capacidad de recuperarse después de un desastre, ya sea natural (como terremotos, huracanes y tornados) o artificial (como bombardeos y derrames químicos). Implica anticipar desastres y desarrollar sistemas para mitigarlos. Una ciudad resiliente, es aquella con la habilidad de continuar después de impactos o catástrofes, contribuyendo positivamente a la adaptación y la transformación hacia la resiliencia.

Contemplan diferentes puntos de partida. La sostenibilidad comienza con un sistema en funcionamiento, y luego observa cuánto tiempo puede funcionar sin agotarse. También tiene en cuenta cómo se pueden mejorar las funciones de los componentes del sistema para que pueda desarrollarse continuamente por sí solo. La resiliencia comienza con un desastre, y luego considera cómo prevenir o minimizar un desastre futuro, o al menos minimizar los efectos negativos del mismo. El resultado final puede o no ser sostenible, aunque un resultado sostenible es ideal.

A medida que los riesgos y la población urbana van aumentando, el concepto de resiliencia ha ganado más preponderancia en las agendas internacionales de desarrollo. Este hecho es extremadamente relevante debido a que, teniendo en cuenta que los grupos más vulnerables y más pobres están más expuestos a las conmociones, y pueden no tener los recursos necesarios para recuperarse, las agendas de desarrollo que incorporen la resiliencia como concepto clave van a asegurar que no se deje a nadie atrás. Por tanto, promover la resiliencia debe significar reducir riesgos aumentando las capacidades y disminuyendo la fragilidad para implementar soluciones efectivas.

Entender la resiliencia urbana y la sostenibilidad urbana como dos conceptos que promueven una pluralidad y diversidad de soluciones a los problemas socio ecológicos, implica que la planificación urbana debe incorporar nuevas metáforas y paradigmas para seguir transformando las ciudades. La resiliencia puede reforzar vías de desarrollo sostenible e insostenible. Aprovechar la resiliencia para reforzar las dinámicas del sistema que promueven la sostenibilidad es clave para lograr futuros estados de sostenibilidad deseados.

Crear conocimiento para una mejor comprensión de los desafíos que enfrentan las ciudades, en su transición hacia futuros más sostenibles y resilientes: ambiental, social y económicamente.

La resiliencia es la palabra de la década, como lo fue la sostenibilidad en décadas anteriores. Sin duda, nuestra visión del tipo y calidad de las ciudades, que como sociedades queremos construir, seguirá evolucionando e inspirará nuevos objetivos. Seguramente no hemos perdido nuestro deseo de ciudades sostenibles, ya que queremos que nuestras ciudades equilibren el consumo de recursos para hacer una huella perdurable en el futuro global y local. Ciertamente, también queremos ciudades resilientes, después de lo que parece ser un ritmo incansable de desastres naturales en todo el mundo.

Comunidades sostenibles y resilientes delinean medidas para reparar, modernizar y transformar nuestros entornos construidos y sistemas de soporte, el desafío es el plan de acción, paso a paso, para hacer que las comunidades sean resilientes, ingeniosas y saludables, para adaptar y mantener su bienestar ambiental, económico y social.

Apostando al futuro: compromiso en acción.

 

En este día, aunemos nuestros esfuerzos para renovar el compromiso mundial con el desarrollo urbano sostenible y para sensibilizar a la opinión pública sobre el potencial que éste tiene en la generación de un hábitat humano sostenible, con mayor calidad de vida, mayor integración social, y que represente en suma, una maximización de la racionalidad en la utilización de los recursos naturales con que trabaja.

Ayudar a que nuestras ciudades sean plataformas dadoras de oportunidades, es un desafío de todos por igual, es parte de una misión interdisciplinaria mayor, de construcción colectiva del artefacto cultural, social y público que implica la ciudad.

Iniciativas locales y globales, individuales y colectivas,  que midan y definan una vida de sistemas urbanos resilientes, sostenibles y más responsables, como un cambio paradigmático en la forma en que se diseñan y se manifiestan las políticas de planificación en las ciudades, son una necesidad que requiere del trabajo arduo y comprometido de las nuevas generaciones.

Todo esto, en el pleno convencimiento, de la necesidad de una planificación y gestión integral de la ciudad, con planteos políticos que superen los marcos temporales de los sucesivos Gobiernos, para lograr una mayor equidad en el reparto de las cargas a nivel socio-urbano, para construir un hábitat humano digno y que se exprese en la construcción colectiva por excelencia que es la ciudad.

El problema urbano concierne a cada habitante del planeta, y en este mundo, cada vez más urbano, todos los ciudadanos tenemos una voz para hacer realidad unas verdaderas “ciudades para todos”.

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Mgtr. Arq. Damian Durando es Arquitecto y Urbanista egresado con máximos galardones en la UNC – Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). “Master en Desarrollo Urbano y Territorial: Gestión y Transformación de las Ciudades en Países en Desarrollo”en la UPC – Universidad Politécnica de Catalunya (España). Posee estudios en “Ciencias Ambientales”, “Impacto Ambiental” y “Geografía”, como así también en“Historia y Teoría del Arte”en la UAM – Universidad Autónoma de Madrid (España)a través del Programa de Becas del CEAL Centro de Estudios de América Latina. Cuenta con antecedentes en actividad docente y de investigación en la FAUD. Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño. UNC. Y ha participado en importantes seminarios nacionales e internacionales. A nivel profesional desempeña su actividad como arquitecto y urbanista en la ciudad de Córdoba (Argentina) en el ámbito público y privado, desarrollando proyecto y obra de arquitectura y planificación urbana de diversa escala.  En el ámbito público desempeña actividades profesionales en la Subsecretaria de Planeamiento Físico de la Universidad nacional de Córdoba.

Fue becario de la Edición X (2011) del Programa de Jóvenes Lideres Iberoamericanos de Fundación Carolina.